El dolor de espalda es una de las quejas más comunes en la población y puede afectar
a personas de todas las edades.
Se refiere a cualquier tipo de molestia o dolor que se siente en la región posterior del cuerpo, que puede variar en intensidad, desde una leve incomodidad hasta un dolor agudo incapacitante.
Este tipo de dolor puede ser agudo, que dura menos de seis semanas, o crónico, que persiste por más tiempo. Puede aparecer de manera rápida tras una caída o al levantar un objeto muy pesado
o ir aumentando de manera progresiva.
SÍNTOMAS
El dolor de espalda puede variar desde un dolor muscular hasta una sensación de ardor o dolor muy agudo o punzante. Además, el dolor se puede irradiar hacia la pierna o bien acentuarse al hacer una flexión, agacharse, girarse, levantar peso, estar de pie o caminar puede empeorar el dolor. Las zonas a distinguir en los dolores de espalda son la lumbalgia, la dorsalgia y la cervicalgia.
CAUSAS
El dolor de espalda generalmente aparece sin una causa que se pueda ver en una prueba o en un estudio de obtención de imágenes.
Cualquier persona puede tener dolor de espalda, incluso los niños y los adolescentes.
Los siguientes factores pueden aumentar el riesgo de tener dolor de espalda:
- Edad: El dolor de espalda es más común a medida que envejeces, a partir de los 30 o 40 años.
- Falta de ejercicio: Los músculos débiles y no utilizados de la espalda y el abdomen pueden causar dolor de espalda.
- Sobrepeso: El exceso de peso corporal representa una sobrecarga para la espalda.
- Enfermedades: Algunos tipos de artritis y de cáncer pueden contribuir al dolor de espalda.
- Levantar objetos de forma inadecuada: Puedes tener dolor de espalda si usas la espalda en lugar de las piernas.
- Afecciones psicológicas: Las personas propensas a la depresión y la ansiedad parecen correr un mayor riesgo de tener dolor de espalda. El estrés puede causar tensión muscular, que puede contribuir al dolor de espalda.
- Fumar: Las personas que fuman tienen dolor de espalda con más frecuencia. Esto puede ocurrir porque fumar causa tos, lo que, a su vez, puede llevar a una hernia de disco. Fumar también puede reducir el flujo de sangre hacia la columna vertebral y aumentar el riesgo para osteoporosis.
PREVENCIÓN DEL DOLOR DE ESPALDA
Mejorar la condición física, así como aprender y practicar cómo utilizar el cuerpo puede ayudar a prevenir el dolor de espalda.
Para mantener tu espalda fuerte y saludable, puedes probar lo siguiente:
- Hacer ejercicio: Las actividades aeróbicas regulares de bajo impacto pueden aumentar la fuerza y la resistencia de la espalda y permitir que los músculos funcionen mejor. Caminar, andar en bicicleta y nadar son actividades excelentes porque no sobrecargan ni impactan la espalda.
Habla con el equipo de atención médica sobre las actividades que puedes probar. - Desarrollar fuerza y flexibilidad muscular: Los ejercicios para los músculos del abdomen y de la espalda, que fortalecen el tronco del cuerpo, ayudan a acondicionar estos músculos para que sostengan bien la espalda.
- Mantener un peso saludable: El sobrepeso ejerce presión sobre los músculos de la espalda.
- Dejar de fumar: Fumar aumenta el riesgo para lumbalgia, que es el dolor en la parte baja de la espalda. El riesgo aumenta con la cantidad de cigarrillos que fumas por día, por lo tanto, dejar de fumar reduce el riesgo.
- Mantener una buena posición al estar de pie: No te encorves. Conserva una posición pélvica neutra. Cuando estés de pie durante mucho tiempo, coloca un pie sobre un reposapiés bajo para descargar ligeramente la tensión de la parte baja de la espalda. Alterna los pies. Una buena postura puede reducir la tensión sobre los músculos de la espalda.
- Sentarte bien: Elige un asiento que ofrezca buen apoyo para la zona lumbar o parte baja de la espalda, tenga apoyabrazos y una base giratoria. Para conservar la curvatura normal, coloca un almohadón o una toalla enrollada en la zona lumbar. Mantén las rodillas al nivel de la
cadera. Cambia de posición con frecuencia, como mínimo cada media hora. - Levantar peso correctamente: En la medida de lo posible, evita levantar cargas pesadas. Si debes hacerlo, levántalas de tal modo que las piernas ejerzan la fuerza. Mantén la espalda derecha, flexiona solo las rodillas y no gires. Coloca el objeto cerca del cuerpo. Si el objeto es pesado o te resulta incómodo levantarlo, busca a alguien que te ayude.
BENEFICIOS DE LA FISIOTERAPIA EN EL DOLOR DE ESPALDA
Con esta evaluación, el fisioterapeuta podrá identificar la causa subyacente del dolor (si es muscular, articular, nervioso, etc.) y desarrollar un plan de tratamiento personalizado.
Las Técnicas de fisioterapia para aliviar el dolor pueden ser: terapia manual, masajes terapéuticos, ejercicios personalizados, electroterapia, punción seca…
Gracias al tratamiento, podemos llegar a conseguir, una reducción de la medicación, mejorar la calidad de vida y evitar cirugías innecesarias.
CONCLUSIÓN
El dolor de espalda es una afección común, pero no tienes que vivir con él. La fisioterapia ofrece una solución efectiva, no solo para aliviar el dolor de manera temporal, sino también para tratar las causas subyacentes y prevenir futuras lesiones. Si sufres de dolor de espalda, no dudes en consultar nuestro centro de Fisioterapia AlcoFisio en Alcobendas, para obtener un plan de tratamiento
personalizado y mejorar tu bienestar a largo plazo.
